sábado, 1 de mayo de 2010

Hipo


El hipo puede ser una fuente de malestar e intensa irritación, y convertirse en algo doloroso. Está causado por una contracción nerviosa y espasmódica del diafragma, que provoca inhalaciones bruscas de aire y el cierre repentino de las cuerdas vocales; ésto es el hipo, que es seguido por la relajación de los músculos, debido a una distensión de los mismos. Lo normal en los ataques de hipo es que sean breves; a pesar de ello, en algunos casos se han llegado a convertir en permanentes.

Las curas para el hipo son numerosísimas y muchas de ellas incluso podemos entenderlas como juegos. Hay dos que son muy efectivas, una de las cuales tiene una perfecta explicación física, mientras que la otra creo que entra más bien en el terreno de la psicología. Cuando sufráis un ataque de hipo, coged una bolsa de papel y respirad en su interior 20 veces; así, obligais a entrar en vuestros pulmones el anhídrido carbónico que habéis expulsado. Al respirar aire viciado o enrarecido, el cerebro indica al aparato respiratorio que se requiere de una respiración más profunda, regulando el diafragma, y esto posibilita el desbloqueo del espasmo.

La segunda práctica es incluso más divertida y funciona particularmente bien con los niños y adultos más susceptibles. Colocar al aquejado de hipo de pie, con los brazos cruzados en alto, situados detrás de la cabeza, mientras le dais sorbos de agua. La tensión creada por encontrarse en una situación tan especial, unido al esfuerzo por intentar mantener la calma y beber al mismo
tiempo, son demasiados elementos en contra para que el hipo siga adelante.

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