jueves, 28 de octubre de 2010

MAREOS, VAHIDOS O NAUSEAS


Una infección, un envenenamiento o el estrés pueden ser los causantes de la nausea y los vomitos. Hasta que no localicemos lo que los provoca, veamos una breve lista de remedios caseros naturales que se empleaban años atrás:

-irse a la cama habiendo bebido mucha agua; para las molestias causadas por una gastroenteritis, la salmonela o el estrés, añadir una cucharadita de sal por cada 2 litros de agua y beberla en pequeños tragos a lo largo del día. No tomar comida, azúcar o aspirinas, que pueden incrementar el malestar.

Si se es propenso a las náuseas, tomar una infusión de manzanilla, hierbabuena y calaminta. Otros remedios caseros antiguos son el agua caliente con clavo en polvo o nuez moscada y también las galletas de carbón vegetal, que siempre son más apececibles de tomar que la cebolla cruda. Si no se sabe con claridad por qué os sentís mareados, hervid a fuego lento una pizca de raíz de jengibre fresca, molida con algunas hojas de albahaca, en una taza de agua caliente y durante 15 minutos.

• Vino de estragón. Aplastar 25 g de hojas frescas de estragón y colocarlas en un frasco con 1 ramita de vainilla, 170 g de azúcar y 650 ml de coñac. Dejar reposar durante un mes en un lugar templado y ventilado, removiéndolo cada día. Filtrar, embotellar y utilizarlo para curar náuseas y otras molestias parecidas.

Remedios caseros para los viajes: Chupar una corteza de limón o un trozo de raíz de jengibre, o beber a pequeños tragos tintura de jengibre en agua caliente. También se pueden tomar pastillas de valeriana o de té. Presionar en la parte baja de la muñeca con tres dedos, e inhalar profundamente. Para un viaje por mar, beber té dulce y pan de jengibre los niños y whisky con moderación para los mayores.

jueves, 14 de octubre de 2010

LABIOS AGRIETADOS


Los labios agrietados o pelados son, sin lugar a escepciones, increíblemente dolorosos y producen grandes molestias. Antiguamente, los segadores y pescadores, no solían sufrir de llagas en la boca y ello era debido a varios motivos. Sin embargo, los labios agrietados eran comunes entre ellos, debido principalmente a una temperatura elevada y a otras circunstancias. Las quemaduras de sol, el trabajo en el mar y las reacciones alérgicas frente a algunas comidas o a algunas plantas pueden crear condiciones favorables para que los labios se hinchen y brillen, tras lo cual se agrietan o pelan.

Debemos mantener siempre los labios bien protegidos. Cuando no os encontréis bien, mantenedlos lubricados con vaselina durante todo el día y especialmente de noche. En otros tiempos se usaba mantequilla o grasa de pato, la cual se consideraba particularmente efectiva si se mezclaba con pamplinas o malvaviscos. También se confiaba en una pasta curativa hecha con brotes de ortigas hervidas a fuego lento hasta convertirse en una pasta con la que se cubria sobre los labios.

Protectores labiales caseros.

Aceite de oliva, aceite de castor; mantequilla; un poco de miel mezclada con agua de rosas; cinc y crema de aceite de castor, o lanolina. Estos dos últimos remedios únicamente debemos emplearlos si estamos seguros de que no mostraremos una reacción alérgica a los mismos.

• Té de caléndula. Se debe usar frío, para bañar labios agrietados.

•otro sencillo remedio casero. Añadir 1/2 cucharadilla de té llena de cera rallada de abejas en un pequeño recipiente con dos tabletas de manteca de cacao. Colocar el recipiente en una cazuela que contenga un poco de agua y calentar hasta que la cera se haya fundido. Mezclar bien mientras esté caliente. Emplear en cualquier momento y en todas las edades el protector labial.

Protector labial básico

2 cucharadillas de té, llenas de cera rallada de abejas
4 cucharadillas de té, llenas de aceite de almendras
1 cucharadilla de té, llena de agua de rosas

Mezclar la cera de abejas en un pequeflo recipiente y ponerlo al baño maría; luego añadir el aceite. Retirar del fuego y agregar el agua de rosas caliente. Dolencias de boca, dientes y encías Remover hasta que la mezcla se enfríe y espese. Envasar mientras esté caliente. Constituye una excelente crema protectora de uso cotidiano.

jueves, 7 de octubre de 2010

INFLAMACION DE ENCIAS


Existen varias enfermedades o infecciones de las encías, como la gingivitis, culpables de que éstas puedan estar blandas, inflamadas o que sangren. Muchas de estas enfermedades de las encías están causadas por una deficiente higiene oral, lo cual permite desarrollar, además, placas de sarro. La comida queda atrapada alrededor del diente, en los recovecos donde han proliferado colonias de bacterias, que han atacado a la encía.

El uso de un cepillo suave y viejo, o de un cepillo duro y agresivo, es poco efectivo: el primero no eliminará los restos de comida, mientras que el segundo provocará el sangrado de las encías. Las dentaduras enfermas pueden producir terribles inflamaciones y úlceras en las encías.

Antiguamente se creia que las encías sangrantes eran causadas por la falta de vitaminas C y B, y un remedio casero natural muy usado para este doloroso mal consistía en beber cantidades de té de escaramujos, o de hojas de grosellero negro. Podemos comprar los escaramujos y beber una taza diaria, pero es más fácil prepararse las hojas de grosellero negro a partir de la poda de los propios arbustos.

Otra planta aromática que estaba considerada como la última respuesta a las encías sangrantes era la aguja de pastor; se trata de una planta rastrera, de flores rosadas, con hojas verdes que se vuelven rojas al llegar el otoño. Se friccionaban las encías concienzudamente con las hojas o con su decocción, empleada para enjuagues de la boca. Esta planta tiene acreditados astringentes que detienen las hemorragias.

Otra hoja que se utiliza para friccionar las encías, para curarlas y fortalecerlas, es el llantén, cuyas hojas son ricas en tinte verde, mientras que el helenio se masticaba para fortalecer los dientes que estaban flojos en las encías, y que dejaba manchas sucias amarillas como advertencia.

A pesar de todo, algunas de estas hierbas pueden emplearse para enjuagar la boca sin graves consecuencias. Otras infusiones de uso agradable para preparar y emplear en los enjuagues son posibles con la bistorta, la caléndula y la agrimonia.