lunes, 12 de julio de 2010

DOLOR DE CABEZA



Existen varias razones para tener dolor de cabeza, desde la horrible resaca a la
cada día más extendida migraña (para la que no existe una concreta explicación médica) y por ello ambas dolencias serán tratadas en apartados diferentes.

Existen dolores de cabeza matutinos que pueden ser causados por un bajo nivel de azúcar en la sangre y son fácilmente eliminables ingiriendo una cucharada de miel. Hay otros dolores, padecidos por los adultos, que sólo se pueden curar con tratamientos más complejos, aunque la mayoría tienen su origen en otros condicionantes físicos, como son los resfriados, catarro, estreñimiento, cistitis, malas digestiones, fatiga, reacción alérgica (particularmente a las comidas y a los olores), dramas emocionales, problemas menstruales, dolores o achaques, una caída o contusión, presión sanguínea alta o baja, esfuerzo y tensión, muelas del juicio y otras enfermedades específicas.

Los remedios que ofrezco para cada uno de los apartados, os ayudarán a aliviar la causa del dolor. Si repentinamente empezáis a sufrir persistentes dolores de cabeza que no tienen una causa lógica —vista cansada, aun empleando gafas con filtro solar, etc.— buscad el consejo de un profesional sin dudarlo. Si notáis dolor de cabeza, hasta llegar casi al desvanecimiento, eliminad los revulsivos obvios: fumar, té, café, chocolate, queso, leche, vino, brandy... Beber a menudo y repetidamente agua de buena calidad, especialmente agua mineral carbonatada, es muy efectivo.

En los países muy soleados, anudaos un pañuelo alrededor de la cabeza; los turbantes y los sombreros son prendas que tienen una función más allá del simple vestir. Protegen la cabeza de la insolación y previenen los dolores posteriores. Si la causa del dolor de cabeza es la vista cansada, obviamente los ojos deben ser revisados, aunque también es posible que estén inflamados. En este caso, lavadlos por la mañana y por la noche con colirios o con agua fría, una vez hervida. El olor de ciertas flores puede causar dolor de cabeza, especialmente el de la lila, el lirio, el heliotropo y la gardenia. Algunos perfumes cuya base es el almizcle, o contienen gardenia, causan el mismo efecto. Antiguas creencias afirman que no debemos nunca oler las amapolas, o dormir debajo de un ciprés, porque ello puede producirnos dolor de cabeza hasta hacernos incluso enloquecer. Por contra, llevar un buen ramillete de espliego debajo del sombrero asegura de forma certera la inmunidad a dicho dolor, probablemente como resultado de todos los aceites antisépticos que posee tal planta y que nos protegen de las infecciones.

Sin lugar a dudas, como he podido comprobar, antaño el mejor remedio para el dolor de cabeza consistía en extender una compresa de vinagre o de papel de estraza, o de las menos recomendables de excrementos de cabra y orines (vinagre de amonio). Antiguamente, las cataplasmas eran también mencionadas frecuentemente: rodajas de pepino, o patatas crudas, aplicadas en la frente y en las sienes para aliviar el exceso de sol y el dolor de cabeza causado por el tiempo bochornoso; las hojas de puerro aplastadas y aplicadas a las cabezas recalentadas y doloridas; y una maravillosa compresa hecha de hojas de saúco aplastadas con sal, que daban un alivio inmediato pero que, por desgracia, tenían un olor horriblemente fétido. Las hojas de hiedra parece ser que también curan fácilmente los dolores de cabeza, pero su efecto beneficioso queda contrarrestado porque causan erupciones. Dignos también de mención
son los tés de hierbas que pueden aliviar el sufrimiento de un dolor de cabeza, pero que suelen aumentar la tensión.

Remedios aromáticos

Hojas perfumadas.
Un aroma delicioso se desprende de las hojas cuando son friccionadas entre los dedos, y al inhalar ese perfume profundamente, aclara la cabeza y nos hace sentir más vivos. Esta es una de las razones, estoy segura, de que los habitantes de las casas de campo cultivaran sus plantas más olorosas al lado de la puerta de la cocina. La más efectiva de esas hojas es la hierba luisa, seguida por el toronjil, eneldo, salvia, menta, hierbabuena, rosa, espliego y violeta.

El olor del lúpulo os aliviará, mientras que el del clavo o la piel de naranjas y limones os vigorizará; y una infusión de menta, salvia o hinojo, o dos cucharadas de té de lúpulo y vinagre, son muy efectivos para inhalar o aplicar como compresa fría.

Una almohada americana para el dolor de cabeza.
Mezclar 50 g de cada uno de estos elementos: espliego, mejorana, pétalos de rosa, betónica y hojas de rosa y 15 g de clavo. Tomad una bolsa de algodón, introducid los ingredientes dentro, cosed la bolsa y ponedla debajo de la almohada.

Vinagre de espliego. Los vinagres de hierbas se consideran desinfectantes. Antiguamente, los más frecuentemente empleados en la habitación del enfermo eran el de ruda y el de romero. El vinagre de espliego refrescaba y clarificaba la cabeza pesada, además de ser altamente antiséptico.

Dolores y achaques en la cabeza y en la cara de espliego
2 cucharadas de espliego seco
1 cucharada de perifollo oloroso y seco
2 cucharaditas de té llenas de canela
1 nuez moscada rallada
1 litro de alcohol de 96°
Reunid todos los ingredientes en un recipiente grande. Cenadlo con una tapa no metálica y dejadlo en un sitio templado, durante dos semanas. Se obtiene una agradable fragancia y una loción aromática que puede ser usada en una compresa. El agua de espliego y el agua de colonia eran hace años las grandes favoritas entre las señoritas de cierta edad, quienes se ponían unas gotas en un pañuelo, o la llevaban en un frasquito de cristal.

• Rosa. El aceite esencial de rosa es el más tranquilizante de los perfumes. Se obtiene un alivio exquisito añadiendo unas pocas gotas al baño calíente, o en forma de compresa fría.

• Alcohol de rosas. Cubrir un frasco lleno de pétalos de rosas olorosas con alcohol de 96°. Dejarlo reposar, sin tapar, al sol, hasta que el perfume haya impregnado el líquido. Frotar con él las muñecas y las sienes, para aliviar el dolor de cabeza con su fragancia.

• Vinagre de pétalos de rosa. Añadir dos cucharadas de vinagre de pétalo de rosa a un 1l de agua; el resultado tiene un olor aromático y refrescante muy agradable. Se recomienda también para lavar la cara de los pacientes que tienen una fiebre alta. Erradica el olor a sudor y ayuda a restaurar el balance ácido de la piel, previniendo la descamación y las grietas, particularmente en los labios, lo que ocurre tras haber bajado la fiebre. Las madres que dan el pecho a sus hijos lo encontrarán insustituible, utilizándolo en las mamas cansadas. Como todas las hierbas y flores en vinagre, los pétalos de rosa en vinagre son fáciles de elaborar. Sencillamente, rellenad por entero un recipiente de cuello ancho de olorosos pétalos de rosa, poned el recipiente encima de un paño grueso y muy, muy lentamente, llenadlo con vinagre caliente de malta. No lo llenéis demasiado rápidamente, porque podéis romper el cristal. Cerrad con un tapón que no sea de metal y dejad en un alféizar durante dos semanas, removiendo cada día.

Vinagre de malta. Aparte de la deliciosa fragancia y del efecto terapéutico del vinagre antes mencionado, el sencillo vinagre de malta también tiene
efectos sorprendentemente beneficiosos. El vapor del vinagre caliente puede ser inhalado, emplearse en compresas frías para colocar en las sienes, o añadirse al té de hierbas en lugar de limón, para curar el dolor de cabeza.

Vinagre de berros. Hervir 600 ml de vinagre con un puñado de berros y dejarlo reposar dos horas. Filtrar, embotellar y mantener refrigerado. Usar como el vinagre de malta.

Aceite de masaje. En la parte de atrás del cuello y la columna vertebral, la nuca y la base del cráneo, se acumula fácilmente una enorme tensión. Una de las mejores maneras de curar un dolor lacerante de cabeza es darse un masaje en el pie, o dejar que alguien lo haga por nosotros. Para obtener mejores resultados, dar el masaje con alguno de los siguientes aceites esenciales en una dilución de aceite de almendras: menta, romero, clavo, anís y aceite de caléndula, para la nuca; aceite de gualteria para el dorso del cuello. El bálsamo de tigre puede ser colocado en una bolsa o bolsillo, y llevado a cualquier parte para una emergencia.

Limón. El zumo de limón salado o los limones cortados y aplicados en la nuca constituyen un remedio antiguo y eficaz para aliviar fácilmente el dolor.

Hojas de albahaca. Se deben machacar. Aceite de romero. Coger un buen puñado de hojas de romero fresco, que tienen forma de agujas. Machacarlas junto a una cucharada de aceite de oliva, empleando el mortero. Colocar la mezcla en un frasco de boca ancha y llenarlo con 300 mi de aceite de oliva. Cerrar y dejar en un sitio templado durante dos semanas. Pasado este tiempo, filtrarlo y reembotellarlo.
Friccionad la sien dolorida cuando sea necesario. Yo utilizo esta mezcla para untar el cordero pasado, tanto como para curar mis dolores de cabeza. El aceite de caléndula se puede hacer de la misma manera, pero empleando toda la cabeza floral.

• Aceite de espliego. Para curar un dolor de cabeza, tomar 3 gotas en un azucarillo.


Tés calmantes

• Té de moleta, lengua de buey, verbena, flor de saúco, manzanilla, lima, espliego, reseda, valeriana o mejorana. Todos son tés suaves, tranquilizantes, y tienen fama de curar la cabeza dolorida.

• Té de manzanilla, menta y nébeda. Una cucharada rasa de cada uno, añadida a 600 mi de agua, curará un dolor de cabeza con mareos.

• Té de manzanilla y diente de león. Añadir un limón exprimido no excesivamente pequeño en una taza de este té y tomarlo para aliviar los problemas de riñon y digestivos que derivan de un dolor de cabeza asociado con los excesos en la comida.

• Raíz de diente de león. Calentar suavemente 25 g en 600 mi de agua, durante 15 minutos. Tiene un efecto desintoxicante sobre el organismo, si se filtra y se bebe caliente.

• Té de ulmaña. Las flores y las hojas contienen la misma palicilina que se encuentra en el sauce y que es el componente principal de la aspirina. Es mucho más placentero y calmante hacer hervir la ulmaria a fuego lento, en agua, durante 10 minutos, y beber tres tazas al día para prevenir los dolores de cabeza pertinaces.

• Té indio. Tomar sin leche, pero añadiendo tres clavos.

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