jueves, 15 de julio de 2010

VARICES


Todos sabemos el aspecto que tienen las venas varicosas —los nodulos protuberantes, duros y azulados de las piernas que algunos dicen que son hereditarios pero que probablemente han ido de
mal en peor por negligencia—. Las válvulas que controlan el flujo sanguíneo en venas y arterias se colapsan a causa de la mala circulación de la sangre y ésta puede ser resultado de un exceso de peso, especialmente durante el embarazo.

Otra causa importante es el permanecer de pie demasiadas horas seguidas. Si tenéis que hacerlo, intentad encontrar de vez en cuando unos minutos para andar un poco, y todo el mundo debería buscar tiempo para dar un paseo a paso ligero cada día. Si en la oficina os sentáis en una silla
mal diseñada es posible que vuestra circulación sea deficiente, especialmente si sois obesos, y lo mismo ocurre si os arrodilláis o si cruzáis una pierna sobre otra. De hecho, cualquier posición
en la que una de las piernas quede horizontal es perjudicial.

Otro peligro son los pantalones ajustados. Se habla menos del peligro de varices que del de esterilidad aunque aquéllas son mucho más probables, por tanto recordárselo a vuestro hijo cuando
vaya a comprarse unos téjanos nuevos. Otros factores que contribuyen a la formación de venas varicosas son el estreñimiento, el fumar y los baños calientes.


Dieta

Comed mucha fruta incluyendo uvas, grosellas negras, cítricos y escaramujos, y cierta cantidad de col verde, espinacas, perejil y diente de león. Otros elementos vitales de la dieta son el germen
de trigo, la levadura de cerveza y los ajos.

• Infusión de romero con miel y de flores de saúco. Son dos excelentes remedios antiguos para favorecer la circulación sanguínea.

• Infusión de bistorta. Dejad macerar en 1 litro de agua fría durante 10 horas 25 g de raíces de bistorta (Polygonum historia con cuyas hojas los ingleses acostumbraban a hacer el Pudín de Pascua). Coladla y tomad diariamente, entre comidas, 4 tazas para curar tanto las varices como las hemorroides.


Masaje

Friccionaros suavemente las piernas, pero no os rasquéis nunca las varices ya que pueden formarse úlceras varicosas que son muy molestas. Lavaros las piernas y friccionarlas de abajo arriba, en dirección al corazón, con agua de hamamelis o con tintura de caléndula. A lo mejor preferís alternar
baños calientes y baños fríos con lo que mejora la circulación, pero nunca debéis tomar un baño caliente sin mojaros después las piernas con agua fría.

Poned las piernas en alto varias veces al día o bien dormid con los pies de la cama algo elevados.
Los aceites de oliva o de almendras dulces, el aceite de ciprés (6 gotas en el baño o 4 gotas en 2 cucharadillas de aceite de oliva), de caléndula, de romero y de espliego son excelentes aceites para masajes al igual que el preparado siguiente. Tomad cantidades iguales de corteza de roble, hojas de orégano y de nogal. Llenad tres cuartas partes de un recipiente con estas plantas y añadid aceite de oliva hasta cubrirlas. Ponedlo dos horas al baño maría a fuego lento y dejadlo enfriar. Escurrid el líquido y filtradlo.

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